miércoles, 1 de septiembre de 2010

Porque ya es pasado


No había sentido una tranquilidad tan inusual como la de ayer desde hace mucho tiempo. Las cosas, el entorno, mi familia, mis amigos y hasta yo misma habíamos sufrido un cambio -casi obligatorio- de un tiempo para acá. Me di cuenta de que esas pláticas sin ningún fin jamás habían dejado de gustarme, que las risas instantáneas seguían siendo mis favoritas,que los chistes mal contados aún cambiaban mi estado de ánimo y que seguía adorando - sí, adorando- los abrazos interminables.

Todo seguía siendo como tiempo atrás. Quizá yo no me di cuenta de ello. Quizá esa persona que -como estrella fugaz- pasó por mi vida y se fue - casi huyendo- de ella, había logrado que yo valorase más lo que ya tenía. Quizá ese ser confundido -tanto o más que yo- había aclarado aún más mi mente, mi vida y me habría hecho saber qué tan grandioso puede ser encontrarse por milésima vez con el pasado, con mi pasado.

Quizá en ese momento dudoso en el que decidimos tomarnos de la mano éramos las personas más estúpidas del mundo, pero también éramos los más valientes. Sí, valientes. Porque nadie con dos dedos de frente podía arriesgarse a mantenerse al lado de un desconocido y confiarle su felicidad entera. Yo la confié sin pensarlo. Y le digo desconocido porque hasta el inicio de esa "seudo-relación" lo era. Ahora ya no.

Hoy, después de varias semanas - que fueron casi interminables- puedo decirme a mi misma que soy aún mejor de lo que fui antes. Puedo decirme que con caídas estrepitosas uno aprende y que si alguien está ahí presto a levantarte es mucho más fácil.

Renegué de mi amor frustrado todo este tiempo, de mis fallidos intentos por cambiar a ese "alguien" y hacerlo mejor. Pero me di cuenta de que no él necesitaba ser mejor para ser feliz. Me di cuenta - aunque tarde- que nadie puede ser arcilla en mis manos, que no puedo pretender hacer de la vida de otra persona lo que yo quiera. Dios me permitió hacerlo una vez - con resultados satisfactorios claro está-,pero yo sé que eso no puede repetirse.

Entonces ahora entiendo que debí querer a ese "alguien" así como era, con los tantos defectos que tenía encima y con las miles y miles de virtudes que aún creo que tiene. Porque sí, aún creo en él y en lo que vale por tonto que suene.

Y escribí esto porque hoy puedo mirarlo a la cara y decirle que lo que pasó "ya es pasado". Porque sí que lo es. Y aunque a veces quiera regresar a ese pasado con toda el alma -a pesar de lo frustrante que fue- quiero que sepa que regresaré a él cuando pueda ofrecerle a ese "alguien" sinceramente mi mano amiga y pueda decirle que lo quiero desde lo más profundo de mi corazón (Porque aunque si lo quiero, sé que no es el momento para decírselo). Porque él es de esos protagonistas de vidas extrañas que uno desea que sigan formando parte del presente. Yo sí lo quiero.

PD: Puse el último punto sin que una lágrima brotara de mis ojos y para mí eso es un logro :)