Era una ciudad hermosa, iluminada por las sonrisas de la gente, por el sol inigualable de verano. Arboles por todos lados, flores luciendo radiantes intentando darle la alegría faltante al lugar. Llegué un sábado por la mañana, mi cabeza estaba por explotar. El calor sofocante me impedía pensar en el lugar que deje atrás, en aquel amor al que abandone con tanto miedo. Y al que extrañé con toda el alma!.. Cómo poder pensarlo si tenía miedo de desgastar su recuerdo, de terminar con la foto guardada en mi memoria desde la primera vez q lo vi. Pasé tres semanas pensando en cuándo regresar.
Me bronceé con el sol veraniego del lugar, quizá retornaría irreconocible, parecería una morena chinchana, muy buena moza por supuesto (risas). Intenté distraerme yendo a pasear, viendo a la gente pasar, caminando por sitios por donde no había pasado en las visitas que hice al lugar con anterioridad. Mi mente me vencía, su recuerdo regresaba una y otra vez a mi cabeza. Soñaba con regresar, poder abrazarlo, poder sentir su calor de amor. Estaba lejos de lograr eso. Mis días pasaron lentamente (y digo mis días porque solo para mi pasaron así, para los demás fueron unos diaz estupendos en todo momento). Un jueves de enero aborde aquel bus que me regresaría a las manos de aquel ser entrañable. Inesperadamente unaz lágrimas brotaron de mis ojos. ¿por qué lloraba? ¿es acaso que no quería regresar? Yo keria estar con él. De eso estaba segura. Pero ese lugar mágico me había atrapado. Cada una de laz personas que conocí allí me atrapó con su encanto norteño. Extrañaría esas risas, esa voz gritando por las mañanas, ese olor a una rica comida preparada por laz manos de mi abuelita. Me sentía mal por tener ganaz de quedarme. Lo único que podia hacer era vencer ese miedo. atreverme. Asi como siempre lo he hexo. Regrese y te vi una vez maz!..pero sabes que??..Fue como la primera vez. Tenías una cara niño tierno, moría por abrazarte, por decirte que te amaba. Y te digo algo??.. hasta ahora no me canso de decirte que eres mi vida. Gracias por esperarme. Pero sobre todo, gracias a ese lugar entrañable que me recibió con los brazos abiertos y al q regresaria mil veces más porque fue uno de los mejores veranos.