sábado, 25 de abril de 2009

Tan sólo con mirarte



Mirando su rostro fijamente pude darme cuenta de que ya es parte de mi vida.

Mirando sus ojos me sumergí en ellos y navegué en el fondo de su corazón.

Mirando sus labios supe que querían que fueran ellos lo que me dijeran "buenos días" cada mañana.

Mirando sus manos pude darme cuenta que deseo sean las que me guíen siempre.

Mirando su caminar me di cuenta de que es seguro y firme y podrá defenderme.

Mirando sus piernas supe que si yo me canso, estarían prestas a caminar por mí.

Mirando sus pies supe que están listos para empezar una gran caminata.

Miré todo eso en él.
Pero lo que más me gustó fue poder ver su alma y saber que estaría unida a la mía una eternidad.

martes, 14 de abril de 2009

Al fin pude hacerlo!!!


Y al fin pude mirarle el alma, pude tocarle el corazón y sentir ese amor entre mis manos.

Al fin pude rozar mis manos con las suyas y sentir su calor.

Al fin pude acariciarle el rostro y sentir su tersa piel.

Al fin pude caminar con él por la vida y saber que no estuve sola nunca.

Al fin pude abrazarlo y hacerle saber que es mi vida, no solo parte de ella.

Al fin pude inmortalizarlo en mi lienzo mágico y verlo cada mañana.

Al fin pude despojarlo de sus palabras y pensamientos y ser solo yo la dueña de su vida.

Al fin pude curarle las heridas del alma y hacerlo nacer cada día.

Al fin pude hacerlo mío con tan solo mirarlo con el alma y decirle que lo amaba más que a nada.

viernes, 10 de abril de 2009

Quisiera...


Buscando al hombre de mis sueños tuve que conocer a un sinfín de prototipos con los que jamás pensé cruzarme en el camino. Algunos de ellos tiernos, renegones, serios, fornidos, delgados y hasta con características poco comunes. Después de un largo tiempo saliendo con todo tipo de hombres llegué a las garras de mi marido.

Después de ser novios cerca de 2 años, al fin decidimos unir nuestras vidas ante Dios. ¡Craso error! Quizá el amor me cegó, no lo sé; pero fue la peor idea que se nos pudo ocurrir.
Desde la luna de miel nos dimos cuenta de que debimos esperar un poco más de tiempo. Yo esperaba que me llevara cargada a la cama, sin embargo, me dijo que mejor caminemos o le terminaría doliendo toda la espalda. A la mañana siguiente me encontré con que mi marido no me había preparado el desayuno (yo esperaba que lo hiciera) y por el contrario, estaba echado en la cama esperando que yo hiciera el mejor desayuno de su vida.

Una vez instalados en nuestra nueva casa, empezó el calvario. El quería que yo me levantara temprano a prepararle su lonchera para el trabajo y yo esperaba una flor a su llegada por la noche, pero ninguna de las dos cosas sucedió.
Por otro lado, su madre estaba todo el día con nosotros. Esa casa parecía más suya que nuestra. Quería disponer de todo, pues a su hijito no le podía faltar nada.

Todas las noches yo lo esperaba ansiosa; me ponía la ropa más sexy y me echaba la mejor loción; sin embargo, mi esposo llegaba y sólo quería dormir. Así que yo me tenía que dar un duchazo de agua bien helada y echarme a dormir. Mi pregunta y la de todos es cómo pude sobrevivir tanto tiempo así.

Luego de tres años de infeliz matrimonio decidimos tomar caminos distintos. El siguió enamorado de su trabajo y yo cada vez más enamorada del amor. Es así que decido hacer una búsqueda exhaustiva, no podía rendirme tan fácilmente.
Lo que en realidad busco es un hombre inteligente, cariñoso, de esos que te traen algún regalito por las noches, que te preparan el desayuno algún domingo y son tus amigos más fieles.
Busco a alguien capaz de dar la vida por mí, alguien que me tome de la mano y se sienta orgulloso de andar conmigo por la calle, alguien que me respete y sepa que somos uno, pero que necesitamos un espacio para no sentirnos agobiados. Quisiera un hombre dispuesto a cumplirme los mejores sueños, un ser inigualable y único con el que yo pueda contar toda una vida y con el que quizá algún día confunda mis dientes postizos. Deseo conocer aquél hombre que llene mi vida de alegrías y comparta conmigo sus triunfos y fracasos. Y como último requisito pido que ese ser que yo sé que se presentará hoy en la puerta de mi casa con un girasol (porque sé que sabrá que me encantan) que lo más importante de mi larga lista de pedidos es que me ame tanto como yo lo amaré a él y que me acepte tal y como soy porque solo quien ama mi esencia me amará realmente.

domingo, 5 de abril de 2009

Quizá

No me mires de tan cerca. Quizá te des cuenta de que no soy esa mujer que esperabas. Quizá al fin comprendas que no soy para ti, que no estoy lista para estar a tu lado, que Dios no me hizo como complemento de tu alma. Que cuando Dios me hizo pensó en que sería buena, sería tierna, amorosa, sería única, pero estaría sola.

Quizá al fin puedas comprender que no siempre encontramos a nuestra media naranja en la adolescencia, que a veces podemos encontrarla en el ocaso de nuestra vida. Cuando nuestros huesos ya no tienen la misma fuerza y nuestra alma está a punto de irse con Dios.

Quizá puedas estar sin mi toda la vida, pero no puedas soportarlo ni un minuto. Quizá yo estaré siempre ahí a tu lado, pero no podré acercarme jamás. Tengo la esperanza de que alguna mañana de verano puedas verme a los ojos y decirme que algún día me quisiste, que algún día fui la chica de tus sueños.

Y que a pesar de que te abandoné antes de empezar la batalla aún me esperas. Sabes? Mi amor siempre estuvo ahí, pero no sabía como entregártelo. No sabía si podía recibir ese mismo amor multiplicado por mil. Tenía miedo. Quizá algún día cuando ya no esté aquí pueda decirte cuánto significaste en mi vida y pueda abrazarte en un momento interminable. En un momento en que nuestras almas se mezclen en un solo ser.

jueves, 2 de abril de 2009

Ojos negros

Eran dos luceros inapagables. Su mirada reflejaba toda aquella ternura que no podían revelar las otras partes de su cuerpo. Sus ojos negros siempre brillantes iluminaban el lugar. Sería feliz? yo creo que sí. Un niño nunca puede estar triste, pues Dios está con el aún en los momentos más difíciles. Jamás pude visualizar una mirada tan transparente y tan misteriosa al mismo tiempo.

La primera vez que la vi pensé en que quizá se trataría de algo bastante usual, pero me di cuenta de que no era cierto. Esa dulce mirada no la he vuelto a ver jamás. Esa voz algo afónica le daba ese toque aún mas intrigante. Su manera de hablar casi murmurando hacía que yo tuviera más ganas de saber de él. Y mientras más sabía más caía en cuenta de que aquél niño de mirada única había dejado algo en mí. Algo indescifrable. Sus ojos me dieron esa tranquilidad que necesitaba por las mañanas y esa gratificación al terminar el día. Me dieron ese todo que uno necesita para saber que las cosas marchan bien.